domingo, 28 de octubre de 2007

El Viernes me enamoro!

Pasada la fatal semana de exàmenes y superada la vergüenza de nuestro primer encuentro, toda habìa vuelto a una aparente normalidad. En la universidad las fiestas se sucedian con menos frecuencia ke antes, y por el mismo motivo eran mas divertidas y prolongadas. Recuerdo haber regresado de alguna noche de juerga con tiempo justo para bañarme, cambiarme e ir al trabajo, cosas ke la juventud permiten, porke si ahora hago eso, serìa para ke la mediodìa este desmayado en mi escritorio.



Yo disfrutaba de una felicidad inexplicable , ya me estaba acostumbrando al trabajo, donde mi relaciòn con Giovana cada vez se tornaba mas placentera, teníamos largas conversaciones, propiciadas por ambos, amparados en consultas ficticias ke ella me hacìa, habìan veces en ke me daban ganas de robarle un beso, al ver esa piel tan tersa y los labios tan rosados, a veces se ponìa blusas escotadas ke me permitìan ver la piel de bebe ke tenìan esos senos tan pekeños y provocativos, pero lo mas desconcertante para mi era la desfachatez de su comportamiento, a veces me agarraba la mano y yo sudaba , luego, satisfecha y triunfante por haber logrado su cometido, me la soltaba, me era casi imposible contenerme, pero mi honestidad no me lo permitìa, no kerìa jugar con sus sentimientos, darle esperanzas de una relacion, cuando ni yo miso estaba seguro de lo ke kerìa, ademas, habìa kedado con ganas de llegar con Roberto mas lejos, estaba dispuesto a experimentar en todos los campos de mis sentimientos y de mi sexualidad, pensaba, ke mientras no experimentara todo eso ke me atraìa al mismo tiempo ke me asustaba, no podrìa por fin empezar una relaciòn con ella.


Mientras tanto en la Universidad los intentos de Marcela por reiniciar la relaciòn me resultaban incòmodos, para esa època, mis sentimientos hacia ella se habìan transformado en indiferencia total, evitaba cualkier contacto con ella. Mientras ke con Roberto la relaciòn se tornaba cada vez mas dificil y complicada. A veces sentìa ke me celaba, al estar yo solo nuevamente, en las reuniones flirteaba con una u otra chica mas por costumbre ke por kerer concretar algo, y veìa ke eso le molestaba. Sin embargo, el no tuvo mejor manera de demostrarlo ke acostarse con la mitad de las chicas de la facultad. Roberto era uno de esos chicos ke tuvo el desarrollo atrazado, me explico, hasta el tercer o cuarto año tenìa facciones y cuerpo de niño adolescente, no recuerdo si fue en cuarto o kinto año cuando regresò convertido en un joven ke lucìa vigoroso y lo vi hasta mas alto; y como es lògico varias chicas advirtieron ese cambio fìsico, y el aprovechò la situaciòn al màximo, el problema era ke cuando yo kerìa hacer lo mismo el hacìa todo por impedirlo. Yo no tenìa incoveniente, kerìa ke el tenga toda la experiencia posible, para ke, llegado el momento podamos tener buen sexo, sin ningun remordimiento, total yo tenìa una hermosa chica esperando por mi en el trabajo.


Asi ke, un viernes de juerga como cualkier otro, estàbamos en plena reuniòn en "El tropicana", Roberto afanando a una flaca de otro salon, yo dispuesto a tener un revolcòn con alguna chica ke se fije en mi, las chelas iban y venìan y yo empezaba a sentir ese delicioso adormecimiento ke genera la cerveza, como comunmente se dice, me estaba "picando", cuando en eso suena mi celu....era Giovana, estaba por Santa Anita con una amiga, cuando escuchè su voz, la piel se me erizò, y mi corazòn empezò a latir fuerte, me sentì muy alegre y con ganas de verla, prometì darle el alcance, aùn cuando el camino de la Av venezuela al Ovalo Santa Anita fuera largo y hasta peligroso, me parè y me fuì, no sin antes despedirme de mis amigos, cuando le di la mano a Roberto me la apretò tan fuerte, y su mirada luciò tan triste ke sentì pena, pero mas podìan mis ganas de ver a Giovana, estaba feliz de sentir nuevamnete toda esa embriguez estùpida ke nos da el sentirnos enamorados. Estaba tan excitado con la llamada ke en el taxi camino a mi inesperado encuentro experimentè una ereccion ke no podia controlar, trepado en el taxi era yo un manojo de nervios con las hormonas girando a mil por hora, el tiempo, una vez mas, empezo a ir en otra revoluciòn dentro de mi, todo daba vueltas dentro de mi cabeza, kerìa llegar al Ovalo y besar a Giovanna, kerìa llegar al Ovalo y decirle ke me salve, kerìa llegar y pedirle ke no se aleje de mi, pensaba ke ella era la soluciòn a toda la confusiòn ke sentia, ese viernes en la noche, una vez mas, pense ke el estar con una linda chica era la soluciòn a todo...

viernes, 12 de octubre de 2007

La primera vez ( otra vez )

El ultimo año de Universidad trajo para mi un nuevo empleo, ingresé a una empresa industrial al lado este de la ciudad. Al principio me chocó el tiempo ke tomaba llegar al nuevo trabajo, la distancia era larga, pero la experiencia en un nuevo rubro y la remuneración me servían como haliciente para tal sacrificio.




Mientras tanto en la Universidad mis relaciones con las dos personas mas keridas se confundían entre si. Roberto pasó a ser una suerte de pareja y Marcela se ubicò como amiga. Después de la noche ke pasamos en su casa, nuestra amistad se fortaleció. Por ser último año, la mancha procuraba el mayor tiempo para compartirlo juntos, ya no eramos los adolescentes inexpertos ke habíamos ingresado cinco años atras, estábamos en el cenit de nuestra juventud, aun cuando estàbamos en diferentes salones aprovechàbamos la hora del break para ir a las afueras de la universidad a tomar un reparador emoliente caliente, conversar y bromearnos. Amparados bajo ese ambiente de camaraderìa Roberto y yo disfrutàbamos el secreto ke guardàbamos, y claro nos burlàbamos de nosotrso mismos, tildàndonos mutuamente de maricones, de la situaciòn en la ke nunca imaginamos estar, y lo ke pasarìa si los demas amigos se enterarìan.



Mientras tanto en mi nueva chamba conocì a Giovana, una vivaz chikilla ke fungìa de secretaria, no se porke, en las èpocas ke menos buscaba algo con mujeres, es cuando mas se me acercaban, despues de lo ke pasarìa entre nosotros me sorprenderìa ke ella con Marcela tuvieran el mismo destino, pero en fin, desde la primera vez ke me vio, no ocultó el interes por mi. Para la segunda semana de chamba ya almorzábamos juntos y nos ìbamos juntos al paradero a la hora de la salida, tenìa veinte años, no tenìa muy buen cuerpo, pero su rostro era realmente bello, y tenìa una personalidad avasalladora. En el trabajo todo el staff de ventas, un grupete de galifardos, la afanaban y la invitaban a salir, pero ella solo mostraba interes por mi, yo me sentìa halagado y a veces confundido, ella usaba sus mejores armas para propiciar una cita, pero a las 6.00 pm yo solo tenìa cabeza para la universidad, aun no sabìa ke una vez terminada la universidad, se acabarìan las excusas para empezar una relaciòn con ella.



Para mitad de año, la enamorada de nuestro amigo Teodoro, Rebeca, organizò una anticuchada, a la ke fuimos solo los patas, por ser lejos el lugar, por el cono sur, las chicas no kisieron arriesgarse y desistieron, nosotros mas por cumplir con Teodoro fuimos de mala gana. Pero, una vez en la fiesta, nos divertimos mas de lo esperado bailando waynos con la familia de Rebeca, ella tenía unas primas recien llegadas de la sierra, eran como siete y se acoplaron con nosotros, fue muy divertido, ensayar zapateos ya mareados. Pero como estábamos lejos nos retiramos temprano pero bien zampados, abordamos un taxi y poco a poco fueron bajando mis amigos, hasta ke, cosas de la vida, kedamos solo Roberto y yo. Bajamos en la Av. la Marina y entramos al baño de los barcitos del cruce con la Av Universitaria, salimos y sin decir nada decidimos ir a otro lado, el problema era donde, no sabiamos de algun hostal donde entren solo hombres, pero al final tomamos un taxi para el centro, convencidos ke en el centro històrico todo es posible, ya dentro del taxi, empezaron los abrazos y las caricias impùdicas sin importarnos nada, al momento de bajar, como ya era costumbre, le pedimos disculpas al taxista por "la mariconadas" y bajamos del auto carcajeàndonos.



La entrada al hostal fue otra vaina, dàbamos vueltas a la cuadra y no nos animàbamos a entrar, cuando por fin nos armamos de valor le ofrecimos al cuartelero pagarle el doble del cuarto para ke nos deje entrar. Sin saber ke en esos hostales de mala muerte era cosa comun ke entren parejas gay, pero eramos novatos en esos avatares. Dentro del minùsculo cuarto nos kitamos como pudimos la ropa y nos hechamos en la cama uno al aldo del otro, el medijo ke me kiatara los lentes y yo le pedì ke se kitara el reloj tiro mis lentes al suelo y yo tire su reloj bajo la cama a manera de broma. Estàbamos a oscuras y el me suplicaba ke prendiera la luz, yo no prendìa la luz ni cuando estaba con mujeres y menos la iba a prender estando con el. Siempre, hasta hoy, disfruto del sexo a media luz o en penumbras, mi imaginacion y el tacto me generan mas placer de lo ke pueda ver, liberamos la ganas y energìa contenidas, ambos nos desconocimos en nuestros actos pero habíamos llegado a un punto donde no había retorno y no haciamos nada por contener nuestros instintos, descubrimos juntos nuestra sexualidad, y pervertimos el significado de la amistad, aun cuando no concretamos una relación propiamente dicha, sin embargo, al final ambos kedamos satisfechos. Luego de años me enteraría ke a eso se le llamaba "petting".



Cuando amaneciò ambos estàbamos muertos de frio y de vergüenza, en la madrugada nos habìamos dicho y hecho cosas irrepetibles para nosotros en esas épocas, asi ke apelando nuevamente al humor el me dijo por segunda vez...Alfonso esta es la ultima vez ke pasa esto entre nosotros, y porsupuesto le segui la corriente y le dije ke claro ke eso no iba a volver a suceder, como si la iniciativa hubiera sido solo mia. Nos fuimos a nuestras casas, todo el domingo la pasé como zombi, sin creer en lo ke había pasado la noche anterior, aun no asimilaba tal experiencia, fue tal mi abstracción de la relidad ke olvidé por completo ke al día siguiente empezaban los exámenes parciales, de los cuales, salí jalado en todos, no podía concentrarme. Y como anécdota kedó ke él olvidó el reloj ke yo tiré bajo la cama, pobre no valía ni medio, pero tenía un valor sentimental, por habérselo regalado su hermana, kizas algun día para su cumple o la navidad, o para el día del padre le obsekie el reloj ke perdió akel dia....